Características del Plan Lector de Centro
El Plan Lector de Centro se ha de traducir en un documento sencillo y operativo que recoja todas las decisiones tomadas en el centro para orientar la práctica del profesorado y del conjunto de la comunidad educativa en torno a la lectura y debe estar enmarcado en el Proyecto Lingüístico de Centro. Asimismo, las acciones y actividades que deriven de él se reflejarán en el Plan Anual de Centro.
Las decisiones metodológicas y de evaluación relativas al desarrollo de la competencia lectora deben reflejarse de manera coherente en las programaciones didácticas de todas las áreas, ámbitos y materias.
Cada centro educativo diseñará un itinerario de trabajo propio y adecuado a su realidad y lo actualizará periódicamente según la evaluación de la mejora producida en las prácticas lectoras a modo de proceso continuo.
Partiendo de las claves que rigen nuestro sistema educativo basado en el desarrollo de competencias y recogido en el marco pedagógico elaborado en el marco del Plan Heziberri 2020, éstas son algunas de las características generales que ha de tener el Plan lector de Centro:
- Flexibilidad y adaptabilidad: el Plan ha de adaptarse a las necesidades y posibilidades de cada centro en función de su realidad y contexto y, por lo tanto, cada uno de ellos decidirá qué ámbito de actuación le es más necesario y qué objetivo(s) y actividad(es) pondrá en marcha.
- Proceso gradual: el Plan debe prestar atención a las distintas etapas educativas (HH, LH, DBH), ya que el desarrollo de la competencia lectora debe concebirse como un proceso que exigirá un desarrollo paulatino pasando por diferentes niveles de logro.
- Diversidad: el Plan debe atender a todas las realidades presentes en el centro, entre otras, el alumnado con barreras para el aprendizaje en general, dificultades específicas de lectoescritura o altas capacidades, diferencias sociolingüísticas, etc.
- Corresponsabilidad: el Plan debe implicar a distintos agentes de la comunidad educativa (profesorado de distintas materias, alumnado, familias, etc.). El desarrollo de la competencia lectora trasciende a cualquier área de conocimiento ya que está en todas y cada una. Además supera los límites de la escolarización e implica a ámbitos más allá de la propia institución educativa. Comprometer a un mayor número de agentes redundará en un efecto multiplicador de las acciones.